La cantante Doja Cat por fin se ha atrevido a raparse la cabeza tras darle muchas vueltas a la idea, y le gusta tanto la sensación que duda mucho que algún día vuelva a dejarse crecer de nuevo el pelo.
"Nunca me ha gustado tener pelo. No puedo decir que una sola vez, en toda mi vida, haya pensado: 'Vaya, esto es genial'. Simplemente no me gusta tener pelo", ha explicado en un directo de Instagram.
La intérprete de 26 años está obsesionada con la sensación de libertad que le proporciona este look. Al igual que muchas de sus compañeras de la escena musical, ella también utilizaba pelucas y postizos para cambiar de imagen de un día para otro, pero en su caso, entraba en juego la presión para ajustarse a unos cánones de belleza europeizados. Lo único que puede pensar ahora es por qué no dio antes este paso.
"Recuerdo que cuando hacía ejercicio no podía concentrarme porque me preocupaba más mi aspecto. O cómo estaba mi pelo, y cómo mantenerlo adherido a mi cuero cabelludo", ha confesado.